domingo, 23 de mayo de 2010

Taller de Don Guillermo Martínez


Don Guillermo Martínez, artesano mascarero, es toda una leyenda y herencia para Costa Rica en el arte de las mascaradas. A sus 82 años, obtuvo el Premio Nacional de Cultura Popular en el 2008. 


Tuvimos la oportunidad junto con un grupo de alumnos de diseño de la Universidad Veritas de visitar su taller. El nos recibió alegría y la mejor disposición, y compartío con nosotros en su pequeño taller ubicado en un furgón en Oreamuno de Cartago.


Lo primero que vimos en la puerta del furgón es esta imagen de la VERITAS, Diosa de la Verdad.

Todos muy entusiasmados empezamos a filmarlo y fotografiarlo, a la vez que escuchábamos con atención todo su conocimiento y su labor a través de todos estos años por el rescate y promoción de la mascarada en Costa Rica.



Matti, muy atento a las explicaciones de Don Guillermo.

Un poco de historia de las Mascaradas

Don Guillermo y su hermano mayor Abelino han sido responsables de mantener vivo un oficio tradicional heredado de su papá. Desde que tenía 8 años la fabricación de máscaras lo cautivó, especialmente por influencia de su hermano.
Lito Valerín –nacido en 1824– y su hijo Jesús fueron precursores en esa tarea. Después de la muerte de don Lito, Jesús continuó la tradición, pero solo durante un tiempo. Fue entonces en los 40, cuando los hermanos Martínez visitaron la casa de las segunda esposa de Jesús y se toparon con valiosos tesoros. “Había moldes de arcilla y madera originales de 1887 que se usaban para fabricar los mantudos, También encontramos varias máscaras de petatillo y cedazo”, dice Don Guillermo. Por ¢500, compraron dos gigantes y seis máscaras que luego inspiraron los personajes con el sello Martínez, del cantón de Oreamuno.
Con el apoyo de unos catálogos, también hallados en el taller de Valerín, y orientados por su ingenio, los Martínez se pusieron a trabajar en sus propios personajes que debutaron en las fiestas agostinas en Cartago.
Las mascaradas de los Martínez, con sus jocosos personajes, fueron invitados de honor en muchas fiestas patronales durante la década de los cincuenta. Fue así como la máscara del “policía de la esquina”, heredado de la escuela de los Valerín. adoptó su propia versión y además evolucionó hasta convertirse en el popular Poligordo de gran tamaño. Los gigantes Julito y Julita provienen de la tradición mascarera española y están inspirados en una pareja de Oreamuno que no se perdía los pasacalles y que siempre iban detrás del desfile tomados de la mano.
- Andrea Solano, periódico La Nación.
Mayor información sobre Don Guillermo Casa de la Ciudad de Oreamuno Tels: 2550-2340 / 2550-2196.

Mascaradas en Cartago de 1910 de Jesús Valerín Roldán




Máscara hecha en sedazo


Máscara hecha en Metate


Máscara de barro






Máscara con cabello real



Máscaras de madera

Dentro del taller


Al fin dentro de taller pudimos apreciar de cerca las máscaras, los moldes y los trajes de las mascaradas.










Los gigantes "Julio y Julita"




"El Poligordo"



"Cocorí"

"La bruja"

"La muerte"

"El diablo"


La tela de los vestidos


"El cadejos"







Nuestra Mascarada


Al final nadie se aguantó las ganas de ponerse la mascarada







Rodolfo tratando de ponerse la máscara







Gracias a Don Guillermo por permitirnos entrar a su taller

Fotografías: Alejandro Beauregard, Matti Vandersee, Carolina Valencia